Ya está disponible de forma gratuita y descargable “Estética y deporte”, una serie de ensayos, presentados por nuestro académico Román Domínguez, que reúne temáticas abordadas en el VII Simposio Internacional de Estética realizado en 2018. Boxeo, fútbol, espiritualidad y aikido son algunos de los tópicos que componen reflexiones que sitúan al deporte como práctica estética fundamental de la cultura contemporánea.
“¿Volveremos a apreciar y practicar el deporte como antaño después de la pandemia?”, es una de las preguntas que realiza el académico Román Domínguez en una presentación titulada “De estética ligera”, introducción del libro “Estética y deporte”, nuevo material del área de Publicaciones de nuestro Instituto, dirigida por Oscar Ariel Cabezas y coordinada por Laura Marinho.
El nombre de esta nueva entrega se corresponde con el título homónimo del VII Simposio Internacional de Estética realizado en 2018, que contó con dos destacados invitados internacionales dedicados a este tema desde Argentina: Pablo Alabarces y Verónica Moreira, quienes abordaron el fútbol y el boxeo de manera vivencial, respectivamente, en el encuentro.
El libro, en tanto, reúne en una suerte de recorrido “a lo parkour”, diversas miradas que van desde la perspectiva de filósofos alemanes sobre los beneficios y el abuso de la cultura del cuerpo; sensibilidades en torno a la gimnasia rítmica; una gesta ciclista como combate y resistencia a la dcitadura de Pinochet; la configuración de las canchas de basquetbol y la visión machista y patriarcal de revistas de los años 30, entre otros ensayos que cuentan también entre sus autores a practicantes de disciplinas como el aikido y el ultrarunning.
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El deporte como sensibilidad encarnada
En la presentación del libro, el profesor Román Domínguez plantea que el deporte como tal ha recibido una suerte de “ninguneo de parte de las humanidades, en tanto no se considera parte esencial de la cultura estética”. Esto, en desmedro de manifestaciones supuestamente más altas y más profundas en que se comprometería el cuerpo y la sensibilidad encarnada.
De esta manera, continúa Domínguez, “no se ha tomado en cuenta al deporte como una actividad propiamente estética. Cuando se le aborda, se suele recurrir a la mediación del arte y la literatura, para darle una significación artística”. “Por ejemplo, es apreciada con mayor profundidad la práctica de asistir a una exposición sobre algún deporte versus la asistencia un espectáculo deportivo, que carecería de significación estética inmediata ”. Propongo que ese ninguneo se debe a un prejuicio sobre el deporte, ya bien porque sería ideología capitalista o industrial o porque nos desviaría de los verdaderos proyectos de los colectivos humanos”, añade Domínguez.
Desde esta perspectiva, la publicación se transforma en un precedente a la hora de entrar en el estudio del deporte como actividad completamente estética. Así, este el libro de ensayos viene a cuestionar la idea del deporte como mera manipulación de masas. “Los autores estamos en una posición diversa, pero todos consideramos que el deporte es digno de ser pensado en términos estéticos y de humanidades”, señala el profesor, quien además escribe el ensayo, originalmente ponencia, “Sobre el uso y abuso de lo bello y lo sublime en el espectáculo deportivo”.
¿Qué otras dimensiones del deporte pueden ser abordadas estéticamente según plantean estos ensayos?
A través del deporte se habla del cuerpo en tanto que cuerpo, es decir, como actividad sensoriomotora y espritual y no sólo como el cuerpo principalmente pasional, casi crístico que es víctima del poder. Hay una voluptuosidad, un intento por explayarse y expresarse a través de configuraciones que pueden tener reglas deportivas y espirituales. Hay literalmente un choque y una comprenetración con otros cuerpos, incluso a la hora de pensar a un sujeto o sujeta presuntamente estático, sentado, consumidor “no emancipado” de imágenes y de justas deportivas. Hablamos tanto a nivel colectivo e individual.
Al mismo tiempo, retomo una idea de Marcelo Bielsa que resalta la importancia de ganar con belleza en el futbol y que manifiesta que ‘en una sociedad hay personas que pueden escoger entre el arte, la literatura o los viajes, pero aquellos que no tienen otra cosa, sólo tienen el fútbol’, es decir, este deporte le da algo a la gente que no tiene acceso, porque no puede por su circunstancia social o bien porque no se las han dado a conocer, a otras manifestaciones que podrían se consideradas de “alta cultura”. De acuerdo con Bielsa, el futbol está obligado a darle belleza a esas personas, orgullo, fuerza para vivir.
Por otro lado, en el libro aparecen nociones en torno al elogio de la belleza atlética; a cómo el deporte puede cambiar tu estilo de vida; o de qué manera en el deporte comercial hay belleza. En mi texto planteo que el problema del desprecio al deporte está justificado bajo una lógica marxista, de acuerdo a la cual, el deporte industrial y el espectáculo deportivo, desviaría al colectivo de sus verdaderos intereses en que los cuerpos actuarían libres de intereses gregarios como los nacionalismos o la fidelidad a un club, a una casaca, a unos colores. Destaco el siguiente pasaje de mi texto incluido en este volumen y que es una paráfrasis invertida de la célebre frase de Churchill (nunca tantos debieron tanto a tan pocos): “nunca tan pocos despreciaron tanto la estética de tantos”. Sin embargo, hay también que tener en cuenta que el gran historiador marxista Eric Hobsbawm afirmó que el futbol, que es una herencia colonial del imperio británico, nació como un juego de una élite para luego ser reapropiado por las clases obreras. De lo cual se puede derivar lo siguiente: el deporte es esencialmente político, pero no basta con ver en él un elemento subsidiario de una política o ideología que lo desborda, sino que el deporte es en sí mismo una política de los gestos, de la estética, de los cuerpos que tendría que ser afirmada como tal, en su prática, en su disfrute, en la admiración sincera hacia las posibilidades de la corporalidad humana.
El deporte puede ser instrumentalizado para propósitos ideológicos o de pura ganancia financiera, pero lo mismo pasa con el arte, la música, la literatura. La diferencia aquí reside en que la instrumentalización del deporte, al ser una práctica colectiva, pero también espectacular, resulta ser más determinante y evidente que la instrumentalización ideológica y financiera de la literatura, por ejemplo.
¿Quién podría apreciar esta publicación? ¿Qué disciplinas son afines?
Puede ser un libro que ayude a pensadores y pensadores latinoamericanos de las ciencias sociales y las humanidades, incluso para un público que se encuentre fuera de ellas. Es un libro que busca que se empiece a explorar un campo muchas veces ninguneado por la teoría, incluso por aquella que se jacta constantemente de pensar “el cuerpo”. Es también para aquellas personas que, con razón, sospechan que hay una laguna importante para pensar en este tipo de cuestiones.
Este libro es como un recorrido de parkour, deporte contemporáneo que no está limitado a una configuración espacial definida, sino que es rizomático, pues los límites que pone la ciudad se convierten en retos a cumplir y a traspasar por un grupo de practicantes bajo la regla principal del apoyo mutuo. La publicación ofrece maneras de pensar el arte de forma poco convencional, donde lo político, lo sensoriomotor, lo espiritual y lo gestual a partir de la lógica del parkour, puede ser más determinante para la estética de los colectivos humanos que el consumo individual y “teórico” de una exposición de Alfredo Jaar, esto a modo de ilustrar la puesta en valor de algo que ha sido antes menospreciado.
El texto también está hecho para gente que tiene una inquietud en términos de expansión del cuerpo, de orgullo corporal, interesada en la enervación de los músculos y en el análisis de un espectro más completo de los gestos humanos. Se apunta a actividades del arte y de la cultura que no son del dominio institucional, pero que merecen ser exploradas, por ejemplo la relación del cine y el video con el deporte o de Condorito con el futbol.
Es un libro que apunta a darnos luces sobre futuras relaciones con nuestra sensibilidad y con nuestros cuerpos, en vista de los nuevos gestos estéticos, deportivos y políticos que tendremos que adquirir para superar nuestros miedos y nuestras sumisiones corporales pre y postpanémicos, en pos también de lo que llamo, para parafrasear el título de la canción de Soda Stereo, una nueva “estética ligera”. En definitiva, se trata de desmantelar el prejuicio al deporte como uno de los últimos bastiones en que el pensamiento crítico y estético todavía separa, bajo la figura del “ninguneo”, entre alta y baja cultura.
“Parecería que hay una suerte de entendimiento tácito en nuestro medio cultural de que los deportes no serían un tema serio o profundo para pensar artística, política o estéticamente nuestros cuerpos, nuestros gestos, nuestra relación sensoriomotriz con el medio, con la realidad, con el mundo”. Román Domínguez, académico Instituto de Estética UC.
Información periodística: Violeta Bustos, coordinadora académica de Extensión y Comunicaciones, Instituto de Estética UC. Mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..