INSTITUTO DE ESTÉTICA

Estéticas queer, traviamento y ternura literaria: El reconocido escritor colombiano Giuseppe Caputo visitó nuestro Instituto

Una conferencia en torno al viaje de extravío literario encarnado por el lector-escritor; un conversatorio sobre estéticas queer y un diálogo en el taller de autobiografía de Lorena Amaro junto a la escritora Alia Trabucco, formaron parte del itinerario académico del escritor colombiano Giuseppe Caputo, director de la maestría en escritura creativa del Instituto Caro y Cuervo. 

Tres jornadas literarias se vivieron en el Instituto de Estética UC en el marco de la visita del escritor Giuseppe Caputo, elegido como uno de los jóvenes más prometedores de la literatura de Latinoamérica por Bogotá39 (2018). Vinculado a temáticas queer, el autor de las novelas "Un mundo huérfano" y "Estrella Madre"; así como las colecciones de poesía "Jardín de carne" y "El hombre jaula"; además de jefe de la maestría de Escritura Creativa del Instituto Caro y Cuervo, se hizo presente como invitado del proyecto Fondecyt (1180522) de la académica y crítica literaria Lorena Amaro.

La primera actividad consistió en una conferencia titulada “Traviamento” en que Caputo recorrió lecturas de su infancia hasta llegar al extravío literario y las relecturas de la pandemia. “Entre el ensayo, el collage y el diario de lecturas”, el abordaje del escritor colombiano incluyó Canción de Navidad, de Charles Dickens; Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll; El Mago de Oz, de L. Frank Baum; Peter Pan, de J.M. Barrie; y Las crónicas de Narnia. El león, la bruja y el armario, de C.S. Lewis, así como también libros de no ficción como Hambre y seda, de Herta Müller, y Regreso a Reims, de Didier Eribon.

Caputo relató cómo la literatura se transformó en un refugio a lo largo de su vida y de qué manera las lecturas y las fantasías literarias hacen muchas veces de “reparación psíquica y social” ante injusticias y vejaciones vividas en el mundo. Dickens nos ofrece una esperanza, manifestó Caputo, mientras que Lewis Carrol nos invita a perdernos para llegar a algún lugar, y Eribon, en tanto, hace estallar esas heridas de clase que nos llevan a "reflexiones políticas movilizantes".

La segunda jornada fue una clase abierta sobre “Estéticas Queer”, ocasión en que Caputo abordó las implicancias de lo no normado, de lo raro, de lo que no encaja en un régimen social de visibilización estrecho. "En lo queer busco una imagen de futuro; pensar en juntar todo lo que la sociedad rechaza. No solo como una categoría sino en donde la escritura es un campo de acción para transformar, ampliar, romper cualquier idea", ha señalado como una de sus posturas sobre el tema.

"Lo queer no está únicamente ligado a lo identitario, sino a una propuesta estética. Por eso se puede ampliar la idea de lo queer y hablar de literaturas –en plural– que rompen con la convención de inicio, nudo, desenlace, linealidad y lenguaje fácil; lo que apela a la eficiencia y la rapidez de un libro", manifestó a través de una entrevista.

En el conversatorio se hicieron presentes la académica y crítica literaria Lorena Amaro y el investigador del Magíster en Estéticas, Mateo Vargas, quien está trabajando en la literatura de Caputo y el concepto de lo queer en su tesis de postgrado. Al respecto, Vargas manifestó que la teoría de afectos ha sido relevante para este análisis. “veo la ternura como algo queer, en el sentido de que es un cuerpo impenetrable que se hace suave para recibir ciertas impresiones”.

Por su parte, Amaro se refirió al vínculo entre lo queer y el concepto de lo barroco con aquella literatura que resiste la economía de la escritura con autores como Sarduy y su proclama en torno al exceso. En este sentido, consultó a Caputo por el diálogo de sus obras con escritores como Perlongher, Lemebel o María Moreno; ante lo que Caputo manifestó su gusto por la literatura de Lemebel y señaló que, al mismo tiempo, lo queer y lo barroco se relacionan con conceptos como “lo aberrante de Carlos Monsiváis, quien incluye en esta idea lo cursi o lo kitsch, o lo que se consideraría que para el arte sería lo elegante. Es interesante porque se puede pensar en estas cuestiones en términos de las tensiones de clases sociales”.

Narración y ternura

La tercera jornada en que contamos con la presencia de Giuseppe Caputo fue una instancia de diálogo en el curso sobre autobiografía de Lorena Amaro, ocasión en que también se hicieron presentes los escritores Alia Trabucco y Diego Zúñiga. En la instancia se conversó sobre la idea de ternura y la vulnerabilidad de la escritura que requiere la presencia en el cuerpo como contrapunto de lo queer.

Al respecto, Trabucco narró su experiencia de escritura sobre el padecimiento de Covid en tiempos de cuarentena en otro país y manifestó que se produjo en un “estado de vulnerabilidad del cuerpo, de blandura y permeabilidad”. En este sentido, señaló que es posible escribir desde un lugar frágil que se alinea con palabras de Olga Tocarczuk, quien llama “a la búsqueda de cuarto narrador, conectado con otro punto de vista (lo queer) …un narrador tierno cuya vulnerabilidad penetre lo que observa”.

Por su parte, Caputo recordó la biblioteca de su padre, quien “llegó a tercero elemental en su formación educativa, por lo que tenía frustración por no poder estudiar y con la idea de recibir buena educación. Él compraba muchos libros, desde clásicos hasta textos de cómo ser millonario en tres días”. Desde esta perspectiva conectó la idea de vulnerabilidad con tomar decisiones en torno a la misma y contó que tardó en escribir, ya que a los 34 publicó su primer libro.

Asimismo, los escritores dialogaron sobre sus vivencias en talleres. Zúñiga aseguró que se trata de una “experiencia dura, pero de aprendizaje”, recordando sus días como tallerista en Balmaceda 1215, hoy Balmaceda Arte Joven. Mientras que Caputo y Trabucco fueron compañeros en NYU en la maestría de escritura creativa hace algunos años, enfatizando en la relevancia de hacer amistad en esos espacios de evaluación y vulnerabilidad.

Finalmente, los autores se refirieron a la experiencia de construir una voz literaria. Trabucco, quien acaba de publicar su más reciente novela, “Limpia”, señaló que “escritura es palabra y silencio”, al tiempo que aseguró que la pregunta por la voz es la interrogante principal de la escritura. “A veces hay una violencia en la privatización del lenguaje. En mi última novela trabajé en primera persona para construir a una empleada de casa particular. Pensé en qué es una voz que nadie escucha. No es que la ficción sea ejemplificadora, sino que hay un ejercicio contestatario respecto del lugar”, manifestó.

Asimismo, la escritora recordó que hay voces que han sido deliberadamente silenciadas en términos interseccionales, como es el caso de las lesbianas. “Esto es delicado porque cuando las lesbianas tenemos voz volamos a la post identidad”, aseguró y añadió que hay voces que reclaman “el derecho a hablar, encarar, y en ese gesto hay una resistencia”.

Caputo, en tanto, contó que en una ocasión en la ciudad de Barranquilla, se situó un hecho de violencia relatado en primera persona por el escritor colombiano Alfredo Molano, narración que incorporó slang o jerga callejera para representar al perpetrador del hecho. Al respecto, explicó que “cuando se pone en la voz de otro una voz que parece falsa, es imponer un habla a ciertos sujetos que están inferiorizados en el orden social”. Por lo mismo, llamó a leer la obra de Diamela Eltit como registro heterogéneo de diferentes grupos poblacionales.

Finalmente, Zúñiga habló de “esa voz que te posee cuando escribes”, refiriéndose a su primera novela, “Camanchaca”, texto en que ocupó muchos puntos seguidos como estilo particular para esa publicación. Sobre autores que han logrado delimitar voces, se refirió a Lemebel como una voz en sí misma en la medida de que “sus textos se escribieron para ser oídos, para la radio”. Por otro lado, señaló la importancia de las voces de la poesía en tiempos en que no se podía nombrar en Chile. “Sobre el pasado literario de Chile, a raíz del golpe militar, fue la poesía la que ocupó el lugar de nombrar, con libros extraños como ‘La nueva novela chilena’ de Juan Luis Martínez o ‘Bandera chilena’ de Elvira Hernández”, expresó.

En la instancia, los estudiantes del curso de Amaro pudieron compartir inquietudes con los escritores. La académica agradeció a los tres invitados y en particular, a Giuseppe, quien fue parte de concurridas jornadas, en especial la clase de Estéticas Queer, que contó con más de cien participantes vía online y presencial.

Información periodística Violeta Bustos Vaccia, jefa académica de Extensión y Comunicaciones, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..