INSTITUTO DE ESTÉTICA

Curso unió la estética instituyente, el aprendizaje sensible y el trabajo comunitario en la localidad de Liray

Por primera vez tras el inicio de la pandemia, el curso “Postvanguardias y pensamiento crítico A+S”, dictado por nuestra académica Rosa Droguett y apoyado por la Fundación MUCALI, tuvo su versión presencial. Decenas de estudiantes y miembros de la zona rural de Liray fueron parte de una experiencia comunitaria en que se abordaron temas como la memoria culinaria, formas de producción agrícola, costumbres y ritos.

Acción, creación y pensamiento crítico, son los ejes del curso de Aprendizaje + Servicio (A+S) dictado por la profesora Rosa Droguett en conjunto con la Fundación Museo Campesino de Liray (MUCALI), cuya primera versión presencial culminó tras una serie de actividades en terreno y formación de colectivos para el aprendizaje de las estéticas situadas.

“La disciplina estética supone un conocimiento sensible muy cercano, sobre todo teniendo como referente a Katya Mandoki a nivel teórico y valórico, cuestión que compartimos con Mucali”, señala Droguett respecto de la impronta de su cátedra. Tras la realización del curso, la académica valora sobre todo la presencialidad, pues fue posible “caminar, conocer el terreno e involucrarnos con la comunidad lo que más se puede en el tiempo destinado para un curso”. 

No se trató sólo de trabajo comunitario, advierte Droguett, el curso se centra en prácticas instituyentes estético críticas como una apuesta sensible. En este sentido, apunta la profesora, este es un desafío del curso, la comprensión de que no es meramente un trabajo de servicio, sino que el foco es el arte y el cuerpo en diálogo con una bibliografía latinoamericana.

Así, la cátedra implicó “una interpelación a nivel artístico contemporáneo en relación con una institución como MUCALI”, vinculados con instituciones como el municipio de Colina, cuestión que les permitió contar con transporte para acercar a los estudiantes a la comunidad de Liray desde Campus Oriente. Esta presencia en Liray fue fundamental para lograr cercanía con los habitantes y construir un sentido de curso como comunidad, explica Droguett.

Sobre la metodología, esta consistió en dividir al curso en cuatro colectivos que se acercaron a los habitantes de Liray desde ese plano, no en su rol primario de estudiantes de la universidad. Uno de los focos de los colectivos apuntó a reflexiones en torno a la comida con memoria. En esta línea los estudiantes del grupo “Choclilles” investigaron recetas familiares de habitantes de Liray y compartieron mesa con vecinos/as; mientras que “Trigal” se interiorizó en la historia y costumbres en torno al pan del pueblo –receta comercializada en una tienda local–, contactando a diferentes panaderos locales, para revalorizar el oficio desde el arte conceptual.

Nombres de alimentos, oficios y afectos fueron parte de las tramas desarrolladas en las experiencias compartidas, en que estudiantes hicieron investigación de campo, compartieron alimentos con las comunidades, degustaron comidas para poner en valor su tradición y reflexionaron sobre las diversas disciplinas que se cruzan con la estética. 

Reencuentro sensible 

Las actividades que tuvieron lugar en el curso se transformaron en las primeras ocasiones en que el Museo Campesino de Liray retomara la presencialidad después de la crisis pandémica. Sobre la manera en que la comunidad recibió las actividades, la profesora cuenta que, si bien al inicio las personas estaban más tímidas y observaban de lejos, con el paso del tiempo fueron “entrando en confianza”.

Liray es un poblado campesino ubicada en la comuna de Colina, que cuenta con unos 3.200 habitantes, de manera que la presencia del grupo de estudiantes fue un acontecimiento visible. Además de actividades específicas vinculadas al quehacer de cada colectivo, junto con recorridos por el tranque, tiendas de la zona y una de las colecciones más representativas del Museo, se realizó un evento de cierre llamado “Dejando huellas” –nombre en alusión a otro de los colectivos–, el cual se armó como trabajo de campo en que confluyeron prácticas instituyentes formadas por los cuatro colectivos del curso. 

Conversaciones y vivencias con compromiso ético fueron parte de la instancia, explica Droguett, la cual contó con socios comunitarios e invitados de la comunidad que alcanzaron cerca de cincuenta personas. En la ocasión, el colectivo Huellas dejó justamente pisadas con relieve de aserrín teñido para luego dar paso a una muestra de prácticas instituyentes.

Por su parte, el colectivo “Arumi” levantó, en conjunto con los participantes de la actividad, una apacheta andina (montículo de piedras en forma cónica que representa una ofrenda), con la impronta simbólica de pedir permiso y de acompañar el tránsito o viaje. Junto a la apacheta, se sembraron semillas de porotos pallares, uno de los más antiguos de América y que forman parte del patrimonio vivo que custodia el Museo, para que con el tiempo, germinen acompañando a la apacheta.

También se realizó una muestra de panes elaborados por panaderos de la zona, entregados en bolsas impresas con la leyenda “¿Quién hace tu pan?”; y “Chochilles” dio a conocer la maqueta del recetario de familias. La plantación de un gomero también fue parte de las actividades; Droguett manifestó que se trató de un homenaje simbólico a Angélica Pérez, historiadora, esteta, artista y discípula de Fidel Sepúlveda, uno de los fundadores del Instituto de Estética.

La profesora cuenta que la experiencia del curso se transformó en un proceso estético crítico en sí mismo, en tanto facilitó la ampliación de vínculos, el reencuentro con comunidad, y también fue una forma de fortalecer los lazos entre habitantes de Liray, la Fundación MUCALI y los propios estudiantes, quienes además realizaron un letrero de “Mucali” en madera, tallado a mano.

Visión desde MUCALI

Renata Aedo es una de las fundadoras de MUCALI, la entidad que administra el Museo Campesino de Liray. Aedo es ingeniera en alimentos con formación en áreas culturales y sustentabilidad, especializada en investigación de culturas alimentarias. Por esto, su participación en la fundación “involucra la creación de actividades que relacionan los objetos de la colección del Museo con la alimentación de los pueblos y prácticas campesinas que han respetado profundamente el vínculo entre humanos y naturaleza”, expresa.

Aedo fue además alumna de la profesora Droguett hace algunos años y dice que siempre se sintió conmovida por su “vocación de servicio, su forma de educar valorando los aprendizajes y creatividad de cada estudiante y la presentación del paradigma de la complejidad”. Así, cuando la docente contactó a MUCALI para ser socios comunitarios en el curso A+S, accedió de inmediato, aun cuando –confiesa– tenía dudas de cómo podría relacionarse el tema de postvanguardias artísticas con prácticas campesinas y la propia comunidad de Liray. “El resultado de este vínculo, nos sorprendió mucho, pues los estudiantes generaron proyectos sensibles y creativos que impactaron a la comunidad”, asegura.

Sobre el retorno de la presencialidad, Aedo cuenta que el impacto en Liray fue mucho mayor versus las versiones virtuales –aunque manifiesta que también se desarrollaron importantes proyectos en ese formato–, pues “los estudiantes pudieron visitar a las comunidades (muchas de ellas no tan virtualizadas), entrevistar a habitantes del sector y generar proyectos valorando el conocimiento que ellos les fueron entregando”. Al mismo tiempo, pudieron visitar el Museo, hacer un recorrido por una de las colecciones y aproximarse a la comprensión de "las huellas que estaban presentes en cada objeto y herramienta campesina", en palabras de los propios alumnos del curso.

Respecto de próximas versiones del curso, manifiesta que “estaríamos felices de volver a participar como socios comunitarios. Esperamos que continúe en formato presencial”. En este sentido, afirma, se buscará dar continuidad a los trabajos realizados en complemento con el trabajo de MUCALI. De esta manera, asegura, “esperamos hacer también un servicio a los estudiantes y aportarles con conocimientos que sean sensibles, críticos y relevantes en su camino de desarrollo”.

 

Información periodística, Violeta Bustos Vaccia, jefa de Extensión y Comunicaciones, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.