El espacio físico que constituyen las casas y los lugares propios de la vida doméstica están presentes de manera significativa en cine chileno actual. El académico de la Universidad de Bristol, Paul Merchant, analizó tres películas desde esta perspectiva: El otro día (Ignacio Agüero); Lucía (Niles Atallah) y Las cosas como son (Fernando Lavanderos). Esta conferencia forma parte del Magíster en Estudios de Cine.
Las casas sobreviven entre construcciones y altos edificios, mientras que los objetos que describen la vida cotidiana de sus habitantes son parte de una vida interior que sobrevive al paso del tiempo. El Dr. en Estudios Latinoamericanos de Cambridge University y académico de U. Bristol, Paul Merchant, describió este fenómeno a partir de tres películas chilenas recientes. El investigador aclaró en un principio que analizaría “las casas como espacios físicos, no referidas a la psique” y señaló que estas tienen gran presencia en el cine chileno. Esto se da en un contexto mercantilizado donde existe tensión debido a las casas que se demuelen y a los edificios que se construyen.
“El cine siempre convierte a la propiedad en espectáculo”, manifestó Merchant y citó a diversos autores, tales como John David Rhodes, quien ha postulado las paradojas de la relación del espectáculo con la propiedad. “La imagen en movimiento de la casa revela vinculo de trabajo enajenado. La propiedad posibilita la revelación de ese secreto”, expresó. Asimismo, señaló que apoyó sus postulados en el texto “Retóricas del cine chileno” de nuestro académico, Pablo Corro, jefe del programa de Magíster en Estudios de Cine.
El investigador comenzó abordando algunos datos históricos sobre el contexto colonial y la dictadura en nuestro país que determinaron la relación con las casas, para luego proponer que “las casas son máquinas para la construcción y regulación de miradas. Son parte de la composición de las relaciones”. Desde esta perspectiva, Merchant citó también al filósofo Bruno Latour, quien postula que estas revelan nuevas posibilidades interpretativas.
Así, continuó, las casas en el cine podrían enmarcarse como una forma de hacer política. En el caso del filme de Agüero, especificó, “pone en escena la relación entre casa y cuerpo, pero no asume esta identificación, sino que tiene que ver con aspectos teatrales de las casas”.
En “El otro día” la cámara recorre los objetos personales, los primeros minutos de la película hay tomas largas y estáticas que organizan la experiencia visual del mundo interior. Durante el documental, Agüero visita las casas de quienes lo van a visitar a él: vendedores, pasajeros o personas pidiendo dinero. “La lógica de la propiedad arma la trama argumental”, aseguró Merchant.
La cámara, como la casa, continuó, marca la desigualdad y muestra la jerarquía inevitable. “Agüero entra a otras casas, pero nadie entra a la suya. No sugiero que él no sepa de esa desigualdad, pero tiene que ver con las relaciones que se dan entre ciertos lugares”. Al respecto, agregó, se vincula con las conexiones entre los sitios de la ciudad contemporánea.
Por otro lado, sobre Lucía de Niles Atallah, mostró imágenes de la antigua casa de fachada contigua que alberga a los protagonistas: “es el archivo del pasado desde una mirada más melancólica”. En esta película de ficción se muestra explícitamente el contraste de una vivienda desgastada que subsiste junto a la amenaza de las construcciones. “La narrativa empieza en los funerales de Pinochet en 2006 y plasma una relación difícil entre un padre y una hija. Hay una reflexión sobre la tecnicidad del cine”, explicó.
¿Cómo pensar esto en términos de la construcción de comunidades?, se preguntó Merchant, “sobre todo si no hay final feliz”. La respuesta que dio el investigador se alinea con la idea de lo común a través del tiempo, “de la preservación de la historia y la conciencia histórica”. Finalmente, se refirió a la película de Lavanderos, “Las cosas como son”. La trama, relató, es protagonizada por Jerónimo, un hombre que arrienda piezas. “Un día llega una chica de Noruega que introduce en la casa, clandestinamente, a un chico chileno proveniente de un contexto marginal, lo que deriva en el desacuerdo de Jerónimo”.
En este filme, apuntó el académico, se instala la idea de la casa “como símbolo que posibilita cierta subjetividad burguesa. Jerónimo invierte en la casa, la cuida, la protege y no le gusta salir”. Al concluir el análisis de la tercera película, Merchant respondió la pregunta relativa a la creación de comunidad en contraposición al protagonismo de espacios domésticos: “no implica la negación de espacios políticos, se dice que las casas son los patios interiores de la democracia”.
* Si estás interesado/a en el Magíster en Estudios de Cine puedes escribir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Las postulaciones están abiertas a todos quienes aman el cine, valoran su potencial como espejo de la sociedad, buscan ampliar su capacidad de pensar, desarrollar la creatividad y formarse teóricamente en el séptimo arte. Envía tus datos hasta el 30 de noviembre (primera etapa). Conócelo aquí.