La académica del Instituto de Estética UC, Claudia Lira Latuz, ha abocado su investigación a la extrapolación y adaptación, al contexto chileno, del camino del arte japonés creando un Método de Educación de la Sensibilidad y de los Sentimientos denominado: Sātī, con la finalidad de complementarlo con la técnica “Arte y Cultura”, creada por el maestro Mokichi Okada. Ambos métodos se avocan a desarrollar la atención, la sensibilidad y la apreciación estética en el cotidiano, esto por medio de la práctica constante de ejercicios que permiten la unión entre cuerpo y mente.
Gracias a la obtención del Fondo para el Desarrollo de la Docencia (FONDEDOC) durante el año 2015-2016 y el Fondo de Innovación Docente (INNOVADOC) obtenido el año 2017, otorgados por la Pontifica Universidad Católica de Chile, se ha podido desarrollar el programa “Flor y Arte”, el cual se enmarca en una labor de difusión del Método Sātī. Es así como, por medio de la creación de una plataforma virtual, todo quien se encuentre interesado podrá acceder y comenzar a realizar dicha práctica.
La plataforma virtual de “Flor y Arte” será presentada este miércoles 10 de enero en el auditorio de Filosofía, ubicado en Campus Oriente a las 19:30hrs.
El Método Sātī
Por Claudia Lira Latuz
La palabra Sātī, que designa al Método de Educación Estética, y que ocupamos aquí en lengua pali, se traduce como “atención” plena o consciencia pura. Corresponde, además, a la séptima huella del camino búdico hacia la iluminación, siendo parte fundamental de la práctica de la meditación. En el contexto de la estética y, en conexión con el daoísmo, la entendemos como percepción pura o directa de la realidad, una sensibilidad, producto de la pureza de los sentidos, en relación con el silencio alcanzado por la mente-corazón o mente-reflejo.
El método Sātī consiste en entrenar la atención a través de la sensación corporal (sentidos y sensación) para desarrollar la capacidad de concentración mediante un esfuerzo, el que nos permite a la vez constatar y conectarnos con nuestras emociones y, en un momento de sensibilidad más profunda, despertar a los sentimientos. Se puede decir que, mediante este método, se aprende a tomar conciencia del cuerpo, a través de la concentración de la atención en la sensación física - provocada por los sentidos - cuando reciben información externa (el canto de un pájaro, por ejemplo) o interna (latidos del corazón, respiración, entre otras), constatando las emociones o sentimientos vinculados a esa experiencia. Este entrenamiento posibilita la incorporación de la sensibilidad al campo de nuestras habilidades cognitivas, abriendo un espacio a los sentidos, sensaciones y a las emociones, para conocer que siento y como me siento ante lo que me sucede.
El entrenamiento de la atención corporal por medio de la concentración de los sentidos en la sensación/emoción vivida, contribuye a captar, mediante la percepción del instante, los objetos externos, pero sin perder la sensación de sí mismo. Al mismo tiempo, se instruye a las personas para que adquieran la capacidad de estar haciendo, sin perder la sensación de sí mismos, ni tampoco la relacional (otros/objetos). Para ello, centramos la atención, esencialmente, en el entorno, en la naturaleza y en la acción que realizamos, durante la ejecución de un acto “habilidoso” y en la vida cotidiana, debido a que todo quehacer realizado con atención concentrada (zen) puede ser entendido como arte, según esta estética. El que así se entrena, deviene en “obra”, en cuanto los gestos de la habilidad realizados por el artista son apreciados por los otros, como movimientos naturales y espontáneos, como el abrirse de una flor.