La académica de Estética UC Claudia Lira realizó un periplo investigativo por Kyoto, ciudad en la que ahondó en la experiencia de la ceremonia de té y los rituales asociados a esta práctica.
Existe una serie de creencias, experiencias, disposiciones espaciales y rituales asociados a la ceremonia del té. La académica Claudia Lira se adentró en esta temática desde la perspectiva estética a través de una inmersión investigativa que tituló “Taitoku. Estética y sabiduría corporal en la ceremonia del té japonesa”.
La Dra. Lira cuenta que esta práctica data del siglo XVI, periodo en que la ceremonia adquirió un sello japonés de la mano del maestro del té, Sen no Rikyu, “quien realizó un cambio radical en las dimensiones de las casas, en el estilo del jardín, incluyendo, por ejemplo, en el interior pequeño y sombrío, el espacio tokonoma”. Este concepto, explica, apela a la noción del vacío y a la de belleza. En este sitio, además, se cuelga una caligrafía y se agrega un Ikebana (arreglo floral) con flores estacionales e incienso.
Estas prácticas, agrega Lira, no son casuales, sino que tienen una profunda intención: “despertar los sentidos y los sentimientos que comunican las estaciones. La sensibilidad hacia lo sencillo, rústico y áspero (wabi)”. Asimismo, Lira explica que esta sensibilidad y sus rituales no fueron inventados por Rikyu, pero fue él quien le dio un tono íntimo, cotidiano y natural a este “encuentro” (chakai), conectando la experiencia de “ver/escuchar, sintiendo” cómo se prepara el té y, luego, beberlo”.
Asimismo, el rol de Rikyu fue rescatar del anonimato las artesanías que se usaban en la vida diaria, así como promover el encuentro de té como “un momento de presencias que disfrutan de lo real en un tiempo y espacio creados para ingresar de lleno en la humanidad”. Esta práctica fue crucial en una época bélica de Japón en que la muerte era algo cotidiano, de manera que permitió que los guerreros, preparados para morir, pudiesen disfrutar del instante por medio de esta costumbre.
El viaje de la académica coincidió con que este 2022, en Kyoto, se recuerdan los 500 años del nacimiento de Sen no Rikyu y por ello, el Museo Nacional de la ciudad abrió la exposición “Chanoyu, encuentro de té" con los utensilios creados y usados por Rikyu en momentos históricos clave. Además, la muestra da cuenta de la evolución de esos implementos, así como la estética china del té, incluyendo a otros maestros que construyeron este camino del arte del té, chado.
Entre esos maestros, añade Lira, se encuentran Yosai o Eisai, quien introdujo las semillas del té matcha y se las dio a un monje que las plantó en la zona de Uji. Asimismo, otros aportaron con la creación de nuevos cuencos y diversos objetos. “Las tres grandes escuelas de té derivan de la familia de Sen como en muchos otros caminos del arte tradicional japonés”, relata la investigadora, quien explica que la razón para referirse a la estirpe masculina es porque esta historia fue de varones hasta la época Meiji, que se extendió hasta 1912.
En su viaje, Claudia Lira, pudo observar cómo la cultura del té impregna toda la ciudad de Kyoto: “En ella podemos encontrar el tono singular de las casas de té que hay en los templos, con jardines, en silencio”. Es posible encontrar una “delicada suavidad” a la hora de servir té con prácticas que incluyen bellas bandejas, un cuenco con matcha y dulces de la estación. “Ha sido una gran deleite poder recorrer estos espacios accesibles del té, porque la ceremonia misma o el té es algo a lo que se puede entrar hasta cierto punto si es que no lo practicas”, reflexiona la docente.
*La investigación actual del té se inició con Cristina Geisse, de la escuela Urasenke, figura fundamental para entender la experiencia de té en Japón. La académica Claudia Lira agradece por su legado y camino, así como también al maestro Ishibashi de Japón, quien le enseñó el estilo Bontemae el año 2017. Sin embargo, reconoce que la posibilidad de entrar en espacios del té, cerrados a los occidentales, refinados y profundos, junto a una formación estética fundamental, fue posible gracias a su trabajo con la Fundación Mokichi Okada (MOA internacional) Masahiko Hiraizumi y el señor Uchida del Museo, hicieron todo lo posible para abrir espacios de encuentros. Todo esto apoyado por las fundaciones Ishibashi y Japón que financiaron el proyecto así como la Vicerrectoría de investigación UC.
*A partir de 2023, Claudia Lira junto a Cristina Geisse activará una serie de instancias de ceremonias del té en Santiago para educar y generar experiencias a partir de los saberes adquiridos en su viaje académico en el marco de su año sabático.
Información periodística: Violeta Bustos Vaccia, jefa académica de Extensión y Comunicaciones, Instituto de Estética UC.